sábado, 11 de abril de 2020

Estoy aquí para ti.

Estoy cansada de nada, me arden las piernas, revienta mi cabeza, tengo una crisis de ansiedad y no sé qué hacer. Todo se vuelve oscuro, me siento perdida, desconozco mi propio yo, como si viese todo desde arriba. Tengo miedo, angustia, lloro en silencio y no puedo tragarme este maldito nudo en la garganta. Oigo una voz desde lejos, una voz que necesita de mí, que me regresa a la realidad, que me golpea el corazón obligándome a notar que el mundo nunca girará en torno a mí. Que le debo vida a su vida, no por exigencia, sino por amor. Un amor incondicional, un amor que pocos conocen, el amor verdadero. Nos necesitamos, y a pesar de todos mis comportamientos, de su histeria, de mi hipersensibilidad; nos tenemos infinitamente y no hay nada ni nadie que pueda quitarnos eso. En medio del rencor, de la venganza, de peleas que no son nuestras, en medio del dolor estamos juntas... juntas. No cualquiera tiene eso, no cualquiera te tiene a ti. Entonces me aferro a esa voz, me aferro a la existencia, mis párpados se mueven, mi cuerpo actúa, y vuelvo a empezar diciendo: todo va a estar bien. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario