Inhala, exhala... Eso me dijeron que hiciera. Parece demasiado sencillo, pero no lo es. Hay tanto por aprender, saber distinguir el amor de la obsesión, diferencia entre los matices de la vida. Dejar de ser marea, para ser el mar completo.
A esto le llaman momento de inflexión, en donde por fin empiezas a saber quién eres. Por favor, Corina, quédate, quédate.