domingo, 5 de junio de 2011

Carta suicida de Pepe (Para la novela 'Amor inesperado, lugar inimaginable')


"No provoco mas dolor" - Para: Yezze.

Yezze, quisiese decir tantas cosas pero las palabras forman un huracán sin fin dentro de mi cabeza. ¡Estas manchas de dolor y rencor no me dejan vivir! Incluso respirar se me ha hecho difícil y absurdo. He sido y soy una basura, lo tengo claro, y no merezco perdón alguno. En estos últimos infernales días mi sufrimiento se representó en un demonio, que juro, aún desconozco, mas me sigue acompañando a cada hora, a cada segundo, como un maldito verdugo. Plasmaré en tinta y papel mis memorias últimas y sabrás cuanto te quise y lo que alguna vez significaste para mí, agradezco tu irrompible fortaleza, perdóname por cada golpe recibido de mi pútrido ser completamente poseído, y embriagado por la furia, por cada trato insulso, por todo. A gran pesar de lo ocurrido, nunca olvides esos hermosos ayeres que viví a tu lado, aquellos días ahora empañados en su momento fueron increíbles, de alguna manera me despertaron. Tu fingida muerte me salvó la vida una vez, tu teatro macabro y sacrificio me hicieron miserable pero en parte así alcancé a conocer a un ángel de luminosidad con alas frágiles que por idiota he quebrado. Mi querida Yezze, nunca mentí cuando dije que te amaba, sí, te amaba. Y hoy te quiero tanto y me duelen tus heridas y en lo que te he convertido, disculpa el daño, desapareceré para librarte a ti y a mi ángel de mi borrosa existencia. Mi ángel, mi Corina, ¡Por favor dile cuanto la amo, dile que no soporto ‘vivir’ sin su luz! Dile que quiero que ella sea feliz con aquel hombre dichoso que probó sus intensos labios, pero dile también que ha respirar no estoy dispuesto sin ella. Yezze, cuando tú te fuiste me dejaste envuelto en el abismo de la depresión, todos mis días eran una pesadilla, pesadumbre, un infierno de ácido por tu ausencia. Nadie podía ayudarme Yezze, nadie me convencía de salir adelante. Creí que jamás recuperaría la sonrisa, creí que todo se había acabado para mí. ¡Yezze, no llores mas y ponme atención! Mi angelita transformó mi noche en luz, inesperadamente, curó mi piel con besos, secó mis lágrimas, iluminó mi mirada con su personalidad y la belleza de su delicadeza, endulzó mis días amargos, logró que recuperara la fe en mí. Me salvó en todos los aspectos. Sin ella en mi vida, la luz se desvanece, mi cuerpo y personalidad se desbaratan, se desmoronan y todo a mí alrededor se vuelve frío, en una caída interminable. Me ahogo, Yezze, no dejo de equivocarme, tú sabes lo que siento, tú más que nadie y no miento. Me he propuesto a liberar las cadenas de tu alma, Yezze, ya no irrumpirá jamás una lágrima en tu mejilla, ni en la de mi ángel, ni en los que creyeron en mí, ya no más. Perdóname por cada muestra de desdén, tú no fuiste la culpable de este error, lo fui yo por mi traición. Ya no causaré más daño, se ha acabado. Mis fuerzas flaquearon, yo no puedo con tanto dolor, de tener todo ahora no tengo nada. No se puede ser más miserable, ¡No se puede! Me despido, te quiero Yezze. No volveré a ver el brillo de sus ojos, ni sentiré la brisa recorrer mi cuerpo, ni el aire hinchar mis pulmones. El desconsuelo se acabará pronto, te lo prometo. ¡Dile a ella cuanto la amo! ¡Díselo! Dile que me perdone, que mi alma atormentada no soporta más esta viciosa situación, que prefiero las llamas del infierno a vivir sin su amor, dile que no deseo que haya culpabilidad en su corazón, que sólo me perdone y continúe con su vida que es mejor sin mí. Adiós Yessenia, adiós… ¡Se feliz, hazlo por ti!

Pepe.


No hay comentarios:

Publicar un comentario