viernes, 9 de agosto de 2013

Hacia el cielo

Me impulsé desde el fondo del pozo, mis alas intentaban abrirse, con dificultad. Sentía un poco de dolor, pero sabía que poco me importaba para lo que sucedería después. Empecé a sentir la frescura de la noche, hasta que abandoné el pozo por completo, mis alas eran torpes y sentía que podía caerme de un momento a otro. Pero no sucedió. Al contrario, cada vez estaba más arriba, el frío me arropaba con cierta dulzura, el aire en mis pulmones se parecía al paraíso.
Me salvé, me enamoré.

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