lunes, 20 de octubre de 2014

Viajera.








Exploro sin salir de mi cama maltrecha. Sonrío sin la necesidad de observar más rostros imitándome. Es que a veces las fantasías alcanzan más allá de lo físico. En ocasiones se es más feliz en la sencillez del sueño. Soy una viajera en busca de poesía, soy una enferma mental que aún cree que el espíritu se eleva fuera cuando medita, cuando acepto cerrar los párpados sin más. Descansan mis ojos a pesar de la luz. A pesar de la luz.

 

El miedo en lugar de detenerme, me impulsa. Reconozco ciudades destruidas, traspaso habitaciones lóbregas. Escucho con nitidez el gruñido de un ser sin rostro. No puedo quejarme cuando al escapar de las ruinas hallo solo paraísos. Reinos plagados de colores, de formas, la ausencia de dolor. Las risas sinceras, las alas. Destello.

  La realidad siempre pesa más, sin embargo; disfruto. ¿Quién cómo yo que al escribir se transporta? ¿Quién con la dicha de conocer el mundo que le habita? Unos pocos. Me digo: "Solo escucha el piano, y su manera de descubrirte sus secretos". Me haces fuerte, grande Inexistencia.


Maravillosa entelequia. He escrito tanto sobre ti, que te conozco quizá un poco más que a mí. Te adoro como a una amante eterna, musa brillante. Soy una andante de mundos incoherentes, de indefinidas fragancias, de alegres infortunios. De palabras que no existen. Soy yo, contigo. Soy yo, que en la irrealidad me vuelvo verdadera.

Somos, mi única. Siempre somos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario