viernes, 24 de julio de 2015

Destino de tragedias

¿Seré capaz de soportar un poco más? La condena de vivir conmigo misma me parece demasiado eterna. A veces amanezco esperanzada, le sonrío al reflejo, y me parece que soy un poco especial.
Qué efímera sensación.

Sueño con la perfección en todo, quisiera sentirme amada. Ámame, porque yo no puedo dejar de odiarme a diario. En todo lo que hago busco la autodestrucción, no puedo seguir engañándome. Río de angustia y locura, despierto para la ansiedad de los amaneceres. Desleal me adormezco con pastillas, dejando que me transformen en un vago espejismo. Es infinitamente cómodo sentirse irreal.
Sentirme irreal.

He intentado ser una persona completa o menos enferma para los que aún esperan algo de mí. A cada intento rechazo más a la gente, a sus bailes llamativos, a sus pieles y su olor. Finjo escucharlos pero mi mente está lejos. Viaja al recuerdo de la paz de mi habitación llena de polvo, de mi caja de pastillas, mis libretas y el aroma a vainilla. Me transporta a la imagen de mi perro viejo y me muestra mi rostro atrapado sobre los libros de horror.

Ya no puedo más.

El final parece lejano, yo podría acercarlo con cada uno de mis gritos, con el roce del fuego en mis dedos. Podría desechar mi piel vacía, mis ojos oscurecidos, mis frías heridas. Podría en una noche como esta, destino de tragedias inacabables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario