lunes, 29 de enero de 2018

Lamento hueco

Camino, se que aún estoy caminando. Aunque mi cuerpo esté cansado, aunque me pida a gritos el corazón que me detenga... Débil de tanto enterrar mi dolor. ¡Infame dolor que perdura! Doy pasos a costa de mi angustia, de mi maldita ansiedad.

Camino, entre cristales rotos, mi sangre brota imparable, finjo a la tristeza, trato de disfrazar las lágrimas. Mi sangre, la sangre de muérdago.

Ya no puedo más, me digo caminando, ya no puedo más; me digo respirando. Todo a mi alrededor es caótico, me ahogo sin morir... Es una tortura inacabable. Dios, ayúdame; necesito volver a vivir.

miércoles, 17 de enero de 2018

Estoy cansada

Estoy cansada de vivir así, de quebrarme el pensamiento cada vez que alguien se atreve a juzgarme... Estoy cansada de dejar mi vida en manos de otras personas. Ya no quiero seguir creyendo que le debo explicaciones a los demás, que es mi prioridad excusarme con la gente, por cosas que sólo a mí me conciernen. Estoy cansada de perder a mis amigos por esconderme en una enfermedad que nadie entiende, quisiera dejar de depender de lo que me muestra el espejo, necesito dejar de abandonarme a la expectativa de quien nunca me ha querido, de quien no conoce mi historia de vida. Sí, me siento herida, responsable de haber modificado mi destino a merced del mundo. Quisiera haber aprendido a tiempo lo que significa quererse a uno mismo. Estoy cansada de sentir que a mis espaldas la gente hablará de lo que no entiende... De lo que nunca entenderán. Hoy quiero empezar de nuevo, pero esta vez ignorando el exterior, aferrándome a lo que me diga el corazón. Sé que pase lo que pase y haga lo que haga la gente que de verdad me ha querido permanecerá conmigo para siempre. Cualquiera que sea la fuerza superior que dirige mi camino, no me dejes soltar las riendas otra vez.