lunes, 29 de enero de 2018

Lamento hueco

Camino, se que aún estoy caminando. Aunque mi cuerpo esté cansado, aunque me pida a gritos el corazón que me detenga... Débil de tanto enterrar mi dolor. ¡Infame dolor que perdura! Doy pasos a costa de mi angustia, de mi maldita ansiedad.

Camino, entre cristales rotos, mi sangre brota imparable, finjo a la tristeza, trato de disfrazar las lágrimas. Mi sangre, la sangre de muérdago.

Ya no puedo más, me digo caminando, ya no puedo más; me digo respirando. Todo a mi alrededor es caótico, me ahogo sin morir... Es una tortura inacabable. Dios, ayúdame; necesito volver a vivir.

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