¿Quién podría decir que algún día Corina pudiese hablar sobre el amor propio? Una persona hundida en el trastorno de la conducta alimentaria, una persona que se odia y se hace daño constantemente.
Sin embargo, aquí estoy, aprendiendo algo nuevo a mis venticuatro años de edad, cuando creía que lo sabía todo. Estoy en el comienzo del entendimiento sobre mí misma y sobre quién soy. Quiero amarme como nunca lo hice, aceptar mi cuerpo se vuelva gordo o delgado. Debo dejar de temerle a la comida, que sólo es el alimento indispensable de mi cuerpo. Los huesos expuestos nunca serán bellos.
Leo, leo y leo sobre mi pobre autoestima, me siento culpable por haberme maltratado así, por destruirme a base de palabras y navajas. ¡Se tiene que terminar! El cuerpo es mi herramienta y mi alma caótica siempre ha sido hermosa aunque me cueste notarlo.
No soy perfecta y debo dejar de pretender serlo, pero en mi huracán puedo sentirme bella dentro y fuera. Y atreverme a amar otra vez, sin miedo al rechazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario