domingo, 20 de junio de 2021

Vida de gato

 Empiezo a disfrutar de los días calmados con té negro, me acurruco en una mecedora y acaricio a un gato gris. Empiezo a disfrutar de los colores del cielo y del silencio. Aún tengo fantasmas dentro de mi cabeza, pero empiezo a entender que no está mal escoger el café a los vinos baratos, y la compañía de mi madre a encontrarme con gente a la que no entiendo.

No me puedo quejar, empiezo a entender que nací para vivir así y aunque mi felicidad sea distinta no deja de ser alegría. Paz, busco todavía paz. No soy una mala persona, merezco estabilidad emocional y me debo a mí misma el amor que busqué en otras personas. 

Me pido perdón y me abrazo hoy. Mañana no existe todavía.

martes, 1 de junio de 2021

Vínculos irrompibles

La gente suele creer que es más fácil de lo que parece, personas que han tenido la fortuna de tener a su familia libre de adicciones. Opiniones fugaces que sólo te hacen sentir peor. Algo como "sólo aléjate de tu familia", ¿Cómo puedo entonces dejar de sentir tanta preocupación? ¿Cómo puedo superficialmente borrar el casete y fingir que no somos nada? No tienen una puta idea de lo que duele pensar que algún día perderás a tu hermana de manera trágica, a tu mamá de forma traumática. Que alguno recaerá, o que alguno se suicidará, y además ser parte de ello. 

No estoy libre de culpas, yo también les he causado heridas, miedos. ¿Acaso crees que a mi madre no le aterra que me corte las venas en un arranque de terror? No tengo el corazón para abandonar este barco, todavía deseo que nos curemos sin tener que separarnos. Los amo, esa es mi verdad, a pesar de los infiernos, a pesar de que la lógica nos falle, los amo. Y eso me mantiene sobre la tierra, por ellos sigo intentándolo, y sé que es recíproco.

Eso no significa que seamos una familia rota, llena de errores y decepciones, de peleas y falta de empatía. Eso no se ha ido. Pero al final de tanto dolor sé que la tengo a ella. Mamá, eres el amor verdadero que he conocido. Y papá, deseo con todo mi corazón que salgas de tu cueva cuadrada, que expreses lo que sientes, que lo sueltes todo, que el amor se sienta. Y si no vivimos para ver eso, que sepas que te amo, te pido perdón y te perdono.

Hermanos, somos excesivamente diferentes, y no siempre nos hacemos sentir acompañados, pero espero también que llegue el día en que  podamos charlar sobre la vida, sobre nuestros traumas infantiles, y que lloremos juntos toda la noche, que podamos reír al amanecer. Entenderlos y que ustedes me entiendan a mí. Todavía entrego mi fe a ello.