Sobrevivir, aunque a veces no sepa quién soy y la medicina me mantenga disociada o dormida. Hoy no es igual que atrás, quiero vivir, tengo mil razones para desear volver a soñar con una vida digna, conocer la paz que siempre escapa de mí. Yo decido y ahora entiendo que mi existencia está en mis manos, nunca en las de nadie más. La fortaleza, la lucha, el amor propio, la responsabilidad; sus consecuencias buenas o malas…están en mis manos.
Sé que todavía hay mucho por llorar, y que estos trastornos me acompañarán para
siempre, pero todo va a estar bien, comienzo a adquirir herramientas para no
colapsar a la primera, para dejar salir a la Corina valiente de la cárcel que
le construí en el alma, una cárcel hecha de inseguridades heredadas, abandono,
soledad.
El pasado ya no significa nada, así que sigo navegando a través de estos mares
oscuros, esperando que amanezca, que la marea tranquilice, llegar hasta la
orilla agradeciendo al mar por haberme mantenido viva tanto tiempo. Aunque hay
cosas que hubiera deseado que fueran distintas, así se dieron, y aunque creí
que ante tanto dolor no podría más… Me equivoqué, sí pude, ahora sólo debo
dejarlo ir.
Esta es mi nueva vida, y aunque tengo
problemas como todos, no puedo quejarme. Estoy empezando a vivir, no a
sobrevivir, comienzo a luchar por lo que me importa, debo empezar a darle
gracias al universo por estar aquí, no renegar de haber nacido, soy yo. Debo
ser yo.
Soy mía, merezco amor, la oportunidad grata de
la sencillez de reír. Por algo pasan las cosas, o eso dicen, y ahora estoy
aquí, escribiendo desde el suelo, con el aroma de un incienso y una canción que
habla de añoranza y desconsuelo. Pero voy a estar bien.
Mi corazón es como un rompecabezas de mil
piezas, estoy tratando de darle forma para avanzar y trazar el camino que elegí
desde mis sueños. Cosas cotidianas como acariciar a mi gato en la mañana
mientras bebo un tazón de café. Tengo tanto que reflexionar, por fin entiendo
que mi vida y la de todos es una escala de grises, cada quien es dueño de su
historia y no volveré a juzgar. Aunque suene amenaza a mí misma, todo lo que
haces se te regresa el doble, lo bueno y lo malo.
Así que después de este circo de terror decido
escapar triunfadora pro la puerta grande, intentando con toda la fuerza de mi
alma ser mejor cada día y poder ser un ejemplo para las demás mujeres que
alguna vez se sintieron solas y desprotegidas, no estamos solas.
Es paste de crecer, crecer duele: en realidad
he notado que nadie nunca madura del todo, de hecho odio esa palabra… Madurez,
qué lío, todos tenemos a un niño caprichoso o juguetón dentro de nosotros que
se esfuerza por salir. En fin, esta soy yo, con todo lo bueno y todo lo malo
que ofrezco, he decidido que desde ahora me pondré en primer lugar. Sé que no
será fácil pero lo voy a intentar.
Debo ser importante para seguir aquí.