No, ya no. El tiempo me va a devorar y cuando muera no habré cumplido mis sueños. Y sólo por este sinsentido de encajar en la belleza en la que ni siquiera creo. Mi cuerpo me protege hasta de mí misma, cada una de mis cicatrices es una prueba de que mi organismo me cuida, me quiere bien. Es extraño y duele cambiar de paradigmas, pero si no cambio mi mentalidad, moriré en el proceso imposible de añorar ser "perfecta". Soy más que eso, más que piel y huesos. No puedo seguir pidiéndole a la felicidad que espere en el oscuro sótano de mi cerebro hasta sentirme aceptada, amada, valorada.
Me tengo a mí y no voy a esperar, sea lo que sea que me regale la vida.
MAR
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