
Fuiste más que una simple y efímera historia en mi vida. Abarcas demasiadas páginas de mi existencia y no sé si lamentarme o alegrarme por ello. Quisiera arrancar fácilmente aquellas páginas de amor con dolor y fingir que jamás exististe, que nunca te tuve para mí, que fuiste de esa clase de sueños borrosos que pasan desapercibidos. Pero llegan a mí otra vez tus asesinos ojos negros a hacer flaquear toda fuerza de voluntad en mí. Veo tus labios húmedos y los quiero besar intensamente hasta dejarlos heridos. Maldita sea, la tentación me invade, me enciende y convierte en cenizas mi corazón. Carboniza mi alma, ataca de lleno a mis suspiros, me debilita. ¿Qué es aquel perfume mágico que brota de tu aliento? Pues logra desvanecerme todos los días en un vasto delirio cada vez que te veo. Y quiero abrazarte, no puedo, no debo, es incorrecto…ya no hay lugar para mí en tus sentimientos. Mi condena es estar atada a un amor del pasado, aquel que no se quiere ir, que aunque me desprecia no me libera de las cadenas. El misterio de tus ojos negros no tiene principio ni fin…