lunes, 2 de abril de 2018

Esquizofrenia natural

Aquí estoy de nuevo, aferrándome a la vida; intentado empezar desde cero.
¿Cuál es la raíz del problema? No entiendo cómo he sido tan ciega...
Después estás tú, pensando quién sabe qué, quién sabe en quién. Y yo me acomodo en el sueño de ti, extiendo las manos y puedo sentirte, lo juro.

Eres diferente, mis débiles esperanzas están puestas en la imagen de un nosotros. De pronto necesito de ti, parece como si ya conociera la forma en que puedes acariciarme, la manera en que puedes protegerme de mis malditos fantasmas. No sé qué decirte, pero te he soñado, y estabas recostado junto a mí... Éramos felices.

Confieso que me pareces único, que trato de no idealizarte, sin embargo, te espero; te me apareces en un mar de ciegos. ¡Estoy harta de la maldita gente que sólo escupe navajas! Ya no quiero estar sola y de una extraña forma añoro tu compañía. ¿Cómo te explico?

Perdóname por sentirme otra vez como una niña, te encuentro mi fe más grande; como aquel que lucha por no dar su último suspiro. No sé qué siento, pero te espero; ¡sé que es una estupidez! Y te espero, te espero, te espero...

Todavía escucho tu respiración cerca de la mía, y tus labios por rozar los míos, tú tocando lo poco que queda de mí. Y yo, intentando curar tus desdichas, vivo por un nosotros imposible, inexistente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario