sábado, 31 de marzo de 2018

Cortarse el alma

Estoy rota, ya lo he dicho tantas veces;
y el borroso sueño de alegría se terminó.

Estoy cansada de vivir, de atragantarme el dolor, de abrazarme en la mediocridad de un alma fría y sola. Y nadie afuera puede entender, ni aunque lo intentaran... Dios inequívoco, llévame contigo o por lo menos aléjame de esta maldita desesperación, pago mis culpas en este infierno, digo ya no más...

Cualquier método es vano e inútil, mientras más veces me levanto la caída se vuelve más larga. Noche, tras noche, ocultando mi tragedia en efímero entretenimiento. Como así mi vida. El tiempo no me espera, me acorrala, me encierra, me traga, me engulle. No hay más verdad que esta: estoy sola. Y el eco en mis palabras no se cansa de gritarlo. Deseo fervientemente mi desaparición, mi silencio, cerrar los ojos y permanecer en los sueños para siempre.

Ya no hay nada más que hacer.

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