lunes, 25 de junio de 2018

Debo justificar lo que me hiere

Yo misma no puedo comprender cómo he sido capaz de perdonarte tantas cosas. La masacre en mi alma de palabras que queman, frases inconexas que logran romperme, destruirme. Ni yo entiendo cómo puedo vivir contigo y al mismo tiempo con el demonio... El demonio rojo.

Te amo y eso me mata, me hunde contigo. Porque gracias a ti la vida para mí ha sido una constante tormenta-calma-tormenta, eres mi castigo y mi alivio, no sé mantenerme lejos de ti, sostengo con firmeza el sartén por el mango. Te confronto todos los días y tú eres incapaz de comprender mi dolor, o acaso de intentarlo.

Ojalá cada fragmento de aquel día se pudiese borrar de mi mente, así como tú lo has olvidado todo. Ojalá me pudiera arrancar el maldito olor a sangre de la piel, olvidar tus gritos y los míos ¡Olvidarme del temblor de mis dedos al marcar al 911!

Necesito aprender a respirar... Siento que el cerebro va a estallarme ante las imágenes de tu cuerpo buscando acabar conmigo.

Eres tan parte de mí como yo de ti, por cada vez que le juro a Dios que no volveré a perdonarte; termino corriendo a consolarte, jurándote irremediablemente que todo va a estar bien.

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