sábado, 9 de junio de 2018

Self injury

Mamá, no me regañes ni te enojes conmigo. Esto es algo que no puedo controlar por más que me esfuerce. Creo que necesito ayuda pero no sé de quién, todos los psicólogos que he conocido terminan hablando de si mismos y de sus logros. ¿por qué? Mamá, papá, los quiero y agradezco que me dieran la vida pero no puedo detenerlo.

La forma en que mi piel se abre, la sangre que gotea sin control y el inevitable olor a óxido. Sé que es enfermo pero me atrae, me atrae sentir dolor; porque cortarme no es un llamado de atención pues me esfuerzo fervientemente en ocultarlo. Cortarme es una catarsis de todas mis angustias, mis ansiedad y mi eterno odio a mi misma.

Lucho pero lo he vuelto a hacer, me he escondido en mi cuarto y con una navaja he cortado la parte más escondida de mi pierna. Dios... Qué alivio a todos los problemas, mamá que alivio a tu alcoholismo, papá que alivio a tu indiferencia; sociedad, que alivio a tus cagaderos de estándares sociales.

Hoy ha vuelto a pasar gracias a los gritos, al miedo, al descontrol de mi sobredosis que jamás me mata, sólo me envuelve en una horrorosa fantasía borrosa de la que al otro día poco recuerdo.

Tengo la esperanza en mis alumnos, en mis niños que me necesitan y que confían en mí. Tengo mi esperanza en escribir el libro que me haga sentir valiosa y nunca más inútil.

Papás los amo, perdón porque lo he hecho de nuevo. Pero debo recordar que soy un girasol.

Un girasol 🌻

No hay comentarios:

Publicar un comentario