jueves, 28 de noviembre de 2019

Tal vez prefiera estar sola.

Las chispas de amor que me regala la vida se esfuman cada vez con más prontitud. Tengo miedo, me aterro; poco a poco prefiero la soledad. Se me agotan las fuerzas en un purgatorio mental, y siento arder, muriendo sin morir se rasgan las paredes de mis órganos, me cobija la ansiedad y la depresión toma de mi mano. Las ganas de acabar con todo, en la resignación del silencio, agonía en el burlón eco de mi propia voz. ¡Me obsesionan mis espacios! Y la única compañía completamente grata se va, no volverá jamás. Me acomodo en mi soledad, el café amargo, me dejo llevar por los sueños, no puedo dejar de dormir, me emociona la necesidad del descanso, del no saber...

https://www.youtube.com/watch?v=ZNWm1sN-Tms

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Delirio nocturno

No sólo apareces tú a modo de recuerdo mal invocado, también llega el miedo de lo que me espera en un futuro cercano, del sufrimiento de una enfermedad mental que se me clavó hasta los huesos, aparecen mis ganas de terminar con todo, mi deseo ferviente de ser como todos exigen que sea. 

No sólo se me viene tu mirada de golpe, también debo dar la bienvenida a la ansiedad que conmigo da vueltas en la cama, la llegada del demonio sin nombre, que transforma mi vida en un cuento de horror. Ojalá no me hubiera tocado ser yo aunque tuviese que haber sido nadie, prefiero mil veces la infinidad de la inexistencia, el gozo de lo inexacto, de todo lo que no se puede ver, nacida en un nido de estrellas con la luna como mi madre. La oscuridad es fría.

Ahora lo sabes, que te extraño tanto como le tengo miedo a mi propio existir, como le tengo respeto al demonio que me acompaña todos los días, él que nunca se va. Seguramente hasta la muerte. Y son pocas las cosas que me ayudan a olvidar, pero todo lo bueno se va cuando anochece y mis ojos rojos no concilian un sueño que repare, más bien el daño se vuelve más grande. Y todo lo malo crece, y crece, y crece... Me siento cansada en este mundo en el que no estás tú, en el que las cosas salen cómicamente mal, en el que la noche me envuelva como una sábana de hielo, con la que muero sin morir, en un intenso dolor. 

lunes, 18 de noviembre de 2019

Enterrada bajo sus piedras

Sinceramente sé que no hay sentido, escribir sobre ti una y mil veces más durante quién sabe cuánto tiempo más. Pensar en necesitarte y no poder hacer más que esperar a que la nostalgia se acabe, a que los recuerdos se pierdan en mi memoria, a forjar sentimientos por alguien nuevo, a volver a sentir por otra persona la confianza que sentí contigo. Realmente me parece descabellado imaginarme en el abrazo de un hombre que no eres tú, entregar mis torpes besos a unos labios desconocidos, dibujar trazos inexactos en el torso de otro ser humano. No puedo, no me sale bien.

La tormenta me ha ganado la batalla, soy víctima de mis propios complejos, me angustio en el círculo de mi incapacidad de amar y de amarme. Amarme, vaya palabra de moda, tan fácil de explicar y de entender su obvia coherencia. Y, aún con eso estoy aquí, desvalorizando cada cosa que hago, enterrándome en mis cicatrices, odiando a los espejos y añorando tu presencia en mis crisis de ansiedad. ¿Dónde estás? Haciendo eco en mi mente, golpeando con tus puños las paredes de mi corazón. No puedo culparte, pero me cuesta arrancarte, y no puedo convivir con mis defectos, desearía ser más fuerte.

Te quiero, cómo te quise y con qué intensidad. No entendía que algún día la vida me iba a escupir en recuerdos tu voz repitiéndome de amor, apabullante amor. Así que eso era, y ataca cruelmente cada uno de mis huesos. Ojalá fuera más fácil, ojalá hubieras hecho algo mal, y lo único que puedo reprocharte es que ya no estarás jamás. Créeme, lo sé con la misma certeza de que la vida se acaba de muchas maneras. Y no toda conclusión acaba en la muerte. 

domingo, 10 de noviembre de 2019

El abrazo protector

¿Cómo le hago contigo y con todo el amor que hoy quema mis entrañas? ¿Cómo le hago con las remembranzas? Las que dolorosamente se desvanecen de mi alma. Daría mi vida por volver a oír tu voz pronunciar mi nombre; Corina, Corina. Yo te amo, Corina. Eres la única hasta la muerte. 

Te amo y me harto de leer de superación, de falsa "hermosa soledad". Mi poesía sólo anhela hablarte de angustia, de mi enorme necesidad de ti, de cómo me aferro a tus cartas, como una loca, de mis lágrimas en torrente. Me parece inútil escribir la superficialidad de fingir que estoy bien, de mentirle a tu indiferencia, de creer que no te amo... Cuando mi realidad me acorrala, porque te amo demasiado, y soy consciente de no poder tenerte jamás. Basta de frases irreales, de mundos imaginarios, de fantasías... Quiero hablar de mi dolor por ti, de cuánto extraño que tú me necesites. La complicidad de un amor que no se puede repetir, en mi locura mental, en mi maldito demonio-trastorno. Aquí estoy yo, como boba, esperando el regreso imposible del abrazo protector. Lo siento, no me puedo engañar, no aquí.


https://www.youtube.com/watch?v=525cjQkmOzY