Mi arte es para ti, para el calor que irradias, por favor; comparte mi amanecer, porque eres la razón más grande que no debo olvidar. Todo lo demás es efímero, tragado por los gusanos como los amores antiguos. Feliz presente como un rehilete, contigo lo logré. Mi amarillo sol, no me has dejado desamparada. Eres la respuesta entre tanta nostalgia.
Sí, la resignación duele, porque el daño ha sido el pretexto a esta mirada perdida. Tú me das las fuerzas para volver a sentirme fuerte, refugiada en ti. Esto siempre será posible, hasta el final de nuestros días. Eres más de lo que puedas imaginarte, sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario