sábado, 19 de febrero de 2022

Please don't take my sunshine away

Qué extraño es estar aquí, acompañada de mis velas y el sonido de las teclas de la computadora. Pensé en algún punto que nunca volvería a escribir, que se me iba lo que más quería.

Soy realista porque a pesar de todo nada es lo mismo aquí, mi mente es una maraña de miedo y aprendizaje. Rompieron mi burbuja y mataron a puñetazos mi soberbia. Después de estar casi dos meses en el hospital, cuidando a mi mamá. Sabiendo que las probabilidades de que viviera eran pocas. La tuve que ver inerte, y tuve que escucharla decir que se estaba muriendo.

Sé que alguien nos cuida, porque de alguna manera y aunque sigamos necesitando tratamiento, ella está viva. No puedo creer que yo pensaba que le demostraba mi amor, cuando ahora tuve que demostrarlo con acciones más fuertes, no puede negarse, me costó. Pero creo que fuimos valientes, ahora sí en las buenas y en las malas.

La vida también me demostró que sólo nuestra familia se preocupa, se mueve, cuando buscábamos sangre para mamá con desesperación pocos respondían. Y un amigo que creí que me quería nunca volvió a contestar. Trato de no juzgarlo pero soy humana y duele.

También conocí a gente en el hospital que sufría y aún así se mostraba valiente, vi la muerte de cerca, vi la indiferencia pero también vi el verdadero amor incondicional. Familia que rechazaba estuvo ahí, y espero poder pedir perdón por haber sido tan desconfiada y soberbia.

Dios, fueron días horriblemente difíciles, en los que tenía que comer chatarra del oxxo y atiborrarme de cafés andatti. A veces llorábamos mamá y yo, a veces lloraba nuestro compañero de habitación. Platicábamos con ellos, muchas otras veces también tuve que pelear. Cosa que me cuesta horrores por ser asocial. Tuve que enfrentar, y esta vez no era mi mamá la que me defendía del mundo, ahora era yo. Lecciones fuertes, pero certeras. 

Todavía tengo miedo, pero le pido a Dios que no me arranque la energía ni la valentía para afrontar todo lo que aún falta. Y gracias por darnos otra oportunidad, no dejes de iluminarme el camino para hacer lo correcto, ayúdame a perderle esta ansiedad que me causó el hospital. A tomar las cosas buenas o las cosas que me hicieron crecer, y tirar a la basura lo que ya no me sirve de nada.

El universo tiene una manera bastante cómica de acomodar las cosas, aunque nos sarandea al mismo tiempo nos regala pequeños milagros que se vuelven grandes. 

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