Nueva vida

No cabe duda, el verdadero amor cambia. Los amores colmados de inocencia, de lujuria, de romance: de paz. Y a mis veintiocho lo he entendido todo. El amor sano existe, cuidar uno del otro, formar una vida con alguien que entiende todo de ti, que te acepta con todas las cosas buenas que le ofreces, pero también con todos tus monstruos, los fantasmas. Y él, mi amor verdadero me obsequia la paz y responde las preguntas que antes le gritaba con desdén al cielo y al infierno que me respondieran.

Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que sí, a su lado quiero vivir vivir vivir, no sé cómo explicarlo, es algo que sólo el corazón te puede decir, sé que no me he equivocado, que con él empiezo...una nueva vida. Una nueva yo, compartiendo mis dolores, mis alegrías, sin miedo a ser juzgada, sin miedo a que me rompan el espíritu. En él confío, coloco muchas de mis esperanzas: lo amo, lo sé, el destino nunca se equivoca.

Se apagan las luces... el show terminó

 

Me reconstruiste las ganas de amar, sólo para romperlas con una frase que espero olvidar pronto. ¿Recuerdas las luces? Ya no están, pero siempre tendremos la luna. Me enamoré de la libertad, del aprendizaje, de las discusiones, las risas, las torpezas, nuestro actuar infantil. Te prometo ser feliz por mí, no me olvides; mi planta favorita.

En luto

 

Todo de negro, oh mi ángel caído; si me hubieras querido como yo te quiero, las aves habrían cantado esa mañana y las plantas hubiesen renacido como un arte amoroso. Si mi ternura te hubiese enternecido, ya nos habríamos fundido en un abrazo sincero. Si mi poesía te hubiese sido suficiente… Porque yo no quería nada más, yo te quería a ti.

A ti.

Fuiste

 

Dueles y al mismo tiempo te recuerdo con alegre nostalgia, esto apenas comienza: y aunque sé que a ti no te importa, duele. Porque nunca pude decirlo, te amé.

Humo

Quiero volver a empezar, contigo, mi verdadero amor. No me equivoqué, tengo mi fe puesta en nuestra relación. Quiero algún día ser libre de fármacos, adicciones, autolesiones, libre del dolor de quien quisiera no volver a llamar padre. 

Contigo sé que encontré paz y felicidad, un amor que no es sólo humo, que sus cimientos son fuertes, eres el único hombre que me ha hecho sentir protegida y comprendida por mis trastornos. Y respecto al amor propio, sé que no será lineal, pero espero mejorar cada día, mirar al espejo y reconocerme, aceptar el cuerpo que se me dio, la cara, la voz, mi amor por el arte… Valorar eso, mi eterna pasión por el arte, que me han curado más que cien pastillas.

Dios, no más humo, no más, no pido que sea fácil, pero quiero siquiera comenzar.