miércoles, 9 de agosto de 2023

Humo

A nada le tengo fe, cantaba Pau Donés en mis bocinas. Y definitivamente no tenpia idea de lo que me esperaba. Tuve que sentir la verdadera marea para aprender, y aún así estoy lejos de ser lo que añoraba ser en mi adolescencia. Sí, el ardor del fuego es insoportable, el alma hecha añicos que se reconstruye tan lentamente, dolorosamente tardío. DIos, ayúdame a encontrar la luz, a parar esta adicción que me está consumiendo. Dios, sosténme porque estoy a punto de dejarme caer de un precipicio. Toma de mi mano y llévame a la vida, aunque parezca demasiado obvio, no puedo hallar las respuestas. Ojaá que cuando escuches esa canción pienses en mí, en mi nombre, en todo lo que pudo haber sido si hubiese querido. Mientras tanto con manos sangrando repararé los daños. Seré libre y feliz.

Seré.

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