Creo que siempre fue eso lo que me hizo dar mi primer respiro. Siempre fui una joven solitaria, difícil de entender y de querer. Ah, Dios; perdóname por ser tan lenta, por no entender tus llamados, ¿sabes? Sólo deseaba ser libre y hermosa; el orgullode mis padres. Pero mi soberbia ganó un puñetazo directo en la cara...Pues vaya cosa, todo cuesta y a veces lo que pierdes es obcenamente caro. Perdóname mamá, perdóname papá, no logré ser una hija funcional. Estoy llena de defectos y sigo aprendiendo. Tal vez mi destino no tiene nada escrito, los ángeles se equivocaron y jamás debí de haber nacido, Nunca pude cambiar, la realidad es esta. Sigo siendo prisionera de una enfermedad mental, sigo sintiéndome un monstruo. Y por dentro puede que lo sea, y no sea tan buena persona como yo creía. Posiblemente en mi corazón hay maldad y por eso no merezco lo que deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario