miércoles, 2 de julio de 2014

El cristal del poeta


A una persona que se dedica a describir sentimientos en palabras se le mide por las veces que ha sufrido. Del otro lado del cristal que protege al poeta hay caos, odio y un infinito dolor. Todo lo que ve lo transforma en inspiración. Las personas fuera no entienden por qué el encierro, solo él.

  Vidas asquerosas o dichosas, todo lo escribe él a su antojo. La melancolía lo alimenta, la desdicha y el desamor lo embriagan, no sabe separarse de la tinta y el papel. Tras su cristal por siempre. Misery, tras tu cristal.

  Ya no hay más cadenas en las cuales aferrarse, el color rojo en el alma lo domina. La compañía triste de sus demonios lo esperan.

  Dentro de la jaula de cristal el poeta disfruta, se burla de los que viven afuera, controla las historias de las personas que se acercan a verlo. Traza drama, dibuja la muerte, la decepción.

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