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Hay tantas cosas que quisiera decir y no puedo, no puedo.

Ah, que mágicos recuerdos del pasado, ¿no? Ignorando que mi vida por unos momentos se basaba y giraba en torno a esa persona, quitando literalmente los tragos amargos, tratando de no recordar especialmente lo estúpida que pude llegar a ser debido a la oscura y romántica forma en la que esa persona me dominaba por completo. Hubieron tantas cosas buenas, tantas que deje escapar de entre mis dedos como si fuese agua, por centrar mi atención en algo que nunca jamás iba a ir más allá de la realidad. Tantos amigos que tuve, ¡tantos! Vasta gente que me seguía cual diosa de la poesía, personas que fueron desapareciendo o transformándose conforme a mi sutil indiferencia. Hermosos e inigualables momentos de platicas, fiestas y tontas comedias improvisadas que se me han perdido por hablar de él, por pensar en él, por darle vueltas a su presencia-ausencia. Conocí a personas maravillosas, que se cruzaron accidentalmente en mi vida a ofrecerme distracción y algo de que aferrarme cuando él mostrara su verdadero rostro, algo que yo dejé ir sin arrepentimiento. Me dije que lo único que necesitaba era estar con él, que equivocada estaba, él se fue y yo en ese trayecto me perdí a mi misma. Ahora sé que el tiempo no pasa desapercibido, que las personas siguen su camino aunque yo me quede estancada, el mundo sigue girando, a veces cruelmente el reloj sigue avanzando, sin esperar por nadie ni para nadie. Y si hoy busco a aquellas personas que me tocaron el alma, a aquellos corazones que no distinguí, por más que lo intente, nada podría volver a ser como antes. De cuantas cosas me perdí por estar viendo el brillo de aquel sol, cuantas puertas dejé que se cerraran por forzar las cadenas de aquella puerta de oro, cuantas miradas dulces se volvieron grises por colocar mi atención total en aquellos ojos negros. Es gracioso ver mi situación desde afuera. Todos ellos se fueron, ¿saben? y nunca más regresaron, algunos se quedaron solo para adornar mi dolor y mi soledad. Queriendo no podré arreglar tantas cosas que hice mal, tantas idioteces que cometí por creer que su luz sería suficiente para llenar toda mi oscuridad. Y lo peor de mi historia es que esa persona es feliz, ¡y yo inconscientemente sigo hablando de aquella! Inútilmente recojo los pedazos de MIERDA que me dejó de obsequio para mi podrida existencia. Torpemente acarició sus desprecios colocándomelos en el corazón a ver si así logro abrir los ojos. Me rebelo, lo saco de la memoria pero entonces el corazón, gran imbécil de mis desvelos quebrados, me restrega en la cara lo maravilloso que alguna vez fue. Y estoy sola...

Sola, eco, sola, dolor, sola, lágrimas, sola, insomnio, sola, sola, sola, ¡SOLA!