sábado, 14 de septiembre de 2013

Una mujer semidestruida.

Que hermosa puede ser una
mujer semidestruida,
brilla con la verdad
decaída de una ciudad
antigua y sucia,
sus ojos son callejones, son
territorios donde transitar
para reconocerse.
Que bellos los pechos
caídos e inútiles para dar
de mamar a la nada o al
cielo que puede tener texturas
parecidas
/que hermosa cuando llora
con su lágrima azul e
infinita, las ideas raras y
esféricas, el ruido de su dolor
atrapado en el vientre
inhabitado/
la luz se deforma para
darle paso a esa muñeca
que se deshilacha y toma
forma de hembra en batalla
de nadie/
mírale, sus ojos se difuminan
para celebrar la lluvia y un
desencuentro con ella
misma, escribe en la noche y
marchita la saliva para
segregar mariposas o fines
inexpresables/
habítala/cómele su origen y
las noches/
sémbrale tu semen y tu
tiempo para que divida la
vida/desnúdala para
comerle la sangre porque no
le da miedo la herida en
carne viva/
al final de su túnel tu
victoria ante el
desencanto/
que hermosa su belleza
absolutamente imperfecta,
sus piernas grandes, su
blancura
de mármol, su locura
precipitada, su mentira.
/con tus manos la tocas y
palpas luego como le sueñan
los dientes, los días, la
vagina,
como se deshace en el
camino hacia tu boca/
que hermosa transitada de
miedo, no es bella como un
maniquí sonriente, no te
dará la razón, acabará de
desordenarte/
persíguela para soñarte
porque quedan pocos puros
territorios verdaderos como
ella/
no habita este lado del
espejo/tú sabes que te
amará siempre hasta la
muerte
una mujer desmembrada/ y
deslizate silencioso porque
percibe y le altera
cualquier ruido,
que es de aire, que es de
vidrio, que es remota/
cómetela a pedazos para
digerir el sentido de algo/
esto es la vida, esto es la
batalla del anochecer, esto
es algo realmente grande/
que hermosa es una mujer
semidestruida como una
iglesia abandonada y
hueca/
donde parar a conocer el
viento que surge en le
precipicio/
derrotada, insomne, perdida/
la quemadura que produce
no destruye/no es fuego
sino
una luz que te hará
conocer lo que no
conocieron jamás ni tu
cuerpo ni tu memoria.

                           Princesa hinca

viernes, 13 de septiembre de 2013

Contra el mundo.

Y escucho esa canción, porque todo estará bien; mis latidos no se pueden equivocar, todo lo que vemos es real. ¿Por qué no abandonar a la angustia? ¿Cuando dejé de luchar para alejar a las sombras? Somos mi corazón y yo contra el mundo.

Llega la paz, los sueños sobre versos y los poemas de amor. Sé a qué me arriesgo y estoy dispuesta a pagarlo. Me arranco la idea de las heridas y me olvido de los nervios, puedo reír un poco de mí misma. La parte más difícil es aceptar y borrar. Pero, estamos él y yo contra el mundo.

Cigarros imaginarios, polvo que no aspiro, daños irreparables, incorrectos. Las miles de cartas que le escribí, para conseguir amargos silencios. Escuchar su voz diciendo la misma oración; una, dos, tres veces si deseo. Son mis recuerdos contra el mundo.

Su risa, sus gestos, sus enojos, sus lágrimas, sus miedos. El amor que me invade cuando pronuncio su nombre. Somos nosotros contra el mundo.

*

martes, 10 de septiembre de 2013

Llanto de libertad.

Como la ansiedad de mis noches eres tú. Imágenes rotas de esa semilla. Cada juramento y cada dolor. Los sollozos como un canto tétrico. El frío de mi corazón y la representación de mi angustia en las malditas ojeras, la hinchazón de mis ojos, las heridas en mis muñecas.

Ya no soy parte de lo que eres tú. Sueño tu presencia y me desmorono, me hago pedazos entregándome a una imagen distorsionada de ti. ¡De ti me ahogo, me entierro, me desgarro!

Te escribo porque es el único modo de acercarme a ti. Aquí plasmo nuestra historia de terror, los caprichos y pasiones que nos trajeron hasta aquí.
Existen capítulos de amor, pero al llegar a las últimas páginas, se halla rencor, desazón, y una descontrolada tristeza.

Idealizo porque no puedo hacer nada más, te imagino una noche cualquiera; recordándonos. Lanzas una mirada melancólica a las fotografías, y el cigarrillo danza entre tus dedos; tus labios me buscan, y aun sin encontrarnos nos observamos. Añoramos ayeres. Para después, sacudir la cabeza al mismo tiempo, y volver a lo cotidiano de nuestras vidas, separados.

Las estrellas reconocen mi historia, ellas me observan escribirnos en cientos de poemas. A veces creo que se burlan de mí, de mi absurda espera por lo que nunca más sucederá.

Entonces, las rosas sienten el amor que se me acumulo en el pecho y que escapó de mí, hecho lágrimas. Los pétalos son los recuerdos regados con ese llanto. El de libertad.

*

lunes, 2 de septiembre de 2013

Te dedico un solo poema

Le hablé con las mejillas encharcadas, llegué con el único propósito de descargarle mis inacabables dramas y tonterías. Le pido que me escuche, que entienda mi situación y que me aconseje. Y no es hasta que termino mis quejas y mi dolor, que tomo en cuenta el suyo. En una pregunta de falsa atención, le digo: ¿cómo estás tú? Por primera vez es que le escuché, y noté con amargura que se parece enfermizamente a mí. Que se odia un poco, como me odio yo a mí. Que en ocasiones siente un enorme vacío en el pecho. Hoy lo dijo, colmándome de angustia y reconocimiento. ¿Por qué no me había dicho todo esto antes? ¿Tan egoísta le resultaba ser? Jamás te descubriste así, ni me hablaste de tu inmensa depresión. Quiero escribirte a ti hoy. No a mi amor, ni a mis problemas; no a mis fantasías, ni a mis tristezas. Te plasmo en mis torpes letras para mostrarte cómo yo te siento. "Creo que siempre estaré en soledad" Yo te quiero.