martes, 25 de marzo de 2014

Cuatro años hacia delante XXIII

*Versión de Ian*

Me recosté en la cama mientras trataba de acompasar mi respiración, tomé unas cuantas pastillas para dormir y me dispuse a esperar a que hicieran efecto. La misma imagen daba vueltas en mi cabeza hasta lograr trastornarme; esta vez no había oportunidades, realmente había perdido a Ella para siempre. No tenía idea de cómo iba a lograr alcanzar la resignación sin hacerme pedazos en el camino.

Todos los dramas de la poesía son una mentira. Los finales felices de las telenovelas son una burla a la realidad, no son más que historias mal elaboradas, sin una gota de coherencia. Los libros de amor son un patético escape para las almas soñadoras que nunca encontrarán con quien hacer de su vida menos miserable. El amor eterno no existe, todo lo que recibimos son despojos de cariño que aceptamos para no estar solos, para que nadie nos señale, para que la gente no nos juzgue de infelices. El amor está idealizado, no es tan mágico como lo pintan. Morerimos solos. Moriré solo porque en este mundo no hay otra persona que me pueda llenar que no sea ella. La amo, Dios, te juro que la amo...

Abrí los ojos tan rápido como los había cerrado. Las pastillas no servían, el alcohol no servía. ¿Cómo es posible que un ser humano pueda respirar y moverse sin sentirse vivo? ¿Cómo puede ser que una mujer me haya llevado del paraíso al infierno de un momento a otro? Nada aquí tiene sentido. Estoy apunto de perder la cabeza definitivamente, siento que estoy a un paso de lanzarme al vacío, de acariciar a la locura. Soy un caso perdido.
...








Necesito morir.

*Versión de Ella*

Por fin he abierto los ojos, al fin he logrado darme cuenta del alcance que tiene el amor de Ian hacia mí. No puedo creer que durante cuatro años me hubiese mantenido cegada por la rabia. ¿Por qué en el momento en el que decidí irme no recordé todas las promesas que Ian hizo mirándome a los ojos? Yo sabia que sus ojos no mentían, tenía la certeza. Sin embargo cuando ocurrió la confusión no me quise dar cuenta. Debí escucharlo antes de irme, debí regalarle la oportunidad de darme una explicación. En lugar de eso permití que pasaran cuatro malditos años. ¡Cuatro pútridos años sin él que no podré recuperar jamás! Fui una cobarde. No pienso dejar pasar más tiempo, no pienso perderlo, tengo que buscarlo. Tengo que decirle que le creo, que sé que me ama como yo lo amo a él, que yo tampoco sé vivir sin él, que todo este tiempo fingí olvidarlo, fingí sepultar su amor. Toda mi vida después de dejarlo no ha sido más que una mentira. ¡Una asquerosa mentira que me separó de él!

Te perdono, Phany. Te perdono, te perdono, te perdono me hinqué a llorar a lágrima viva. Phany se agachó también y me abrazó en silencio.

Vámos por él. me animó y yo asentí con la cabeza. Por fin continuaría con Ian la historia de amor que habíamos dejado truncada por causas externas a nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario