viernes, 16 de octubre de 2015

Los cinco sonidos del suicida

El silencio también grita, sabe quebrar tímpanos. El silencio habla de soledades, del gran laberinto sin fin. No hay más después de aquí, no hay más. El callado cuarto oscuro que rodea a un insomne, es la representación del infierno poético, del deseo de no haber sabido nunca…

  El lápiz trazando palabras dolorosas, escribe emociones acumuladas en el oscuro precipicio de un alma ignívoma. Detalla lo que nunca dice el prisionero. Preso en un cuerpo donde la única ventana para respirar es apenas un hueco mental que lo une al lápiz y el papel.

  El frasco destapado, lanzando aroma a fallecimiento y a gozo. El hombre-sombra empieza a adamar su olor y su función. El ruido de las píldoras al caer es música, su significado es de libertad absoluta. La sombra suspira, llora y suspira.
  El sonido de su garganta al tragarse a cada monstruo. Uno, dos, tres, cuatro, veinte…Todo se desvanece, esta noche toda la gente dormirá contigo. Para él será el final de todo cuanto puede ver, hombre sombra, no deja de alimentarte, no se detiene. Se acaba el mundo para para él, y es como si los demás murieran también.
  La eufonía favorita es la de la última exhalación. El final del claro.

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