jueves, 12 de septiembre de 2019

Impura pena

¿Qué más quieres arrancarme de la vida? Me has convertido en el personaje inseguro y callado, en el fantasma que grita por dentro, en la oscuridad, soy oscuridad por ti. ¿Cuántas decepciones más van a alcanzar mi camino? Cada vez que creo lograr correr me tropiezo con la miseria de la decepción. ¿Cuánto mas puede resistir un cuerpo?

Estoy harta de ser tu títere, de amoldarme a tus movimientos, de resistir tus enojos, porque debo, porque debo. Soy responsable de tus tristezas y alegrías, debo cargar el peso de tu insistente enfermedad ¿enfermedad del alma? La mía, la mía... Ya no me siento capaz de mentirle a mi corazón con la esperanza de un futuro mejor, no tenemos tanta suerte, no nos va tan bien; aquí la historia ya está escrita, nos vemos rodeados de negrura, de ansiedad y carmesí depresión.

Mi fe está muerta, en ti, en mí, en nosotros. Estamos destinados al fracaso, al error, nos persigue una maldición que no conozco. No puedo ser protagonista de un mejor cuento, aquí nada de eso existe, son sólo fantasías que agonizan sobre mis manos. Creemos más cicatrices, porque no vale la pena fingir por alguien que no va a cambiar jamás.

No quiero luchar, en realidad nunca lo quise, preferiría quedarme dormida para no saber, vivir en la ignorancia de mis penas, pues me aplasta la ira y el coraje de haber vuelto a confiar en ti ¿cómo he podido ser tan tonta? ¿Y cómo has podido ser tan cruel?

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