No, efectivamente no me gusta diciembre, porque mi familia sufre, porque la ansiedad es lo principal. Y las luces de navidad en casas vecinas sólo nos entristecen más, porque nosotros ya no podemos darnos esa oportunidad de ver brillar la casa, de decorar las habitaciones y los baños, la puerta principal y el árbol frente a la ventana.
Tengo miedo, no quiero perder a nadie más este diciembre, quisiera que las festividades no existieran, que fueran días cualquiera, poder fingir en mi cuarto, olvidándome de todo. Abrazada a mis sábanas y calentándome con una vela con olor a canela. Soledad. ¿Se podría?
No me gusta diciembre.
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