Él la espera pacientemente bajo el sauce, ella corre con sus cabellos grises acoplándose al viento. Hace frío pero sus corazones les calientan el pecho. No sé si sean muy distintos o si se parezcan, sólo sé que ambos están enamorados. Tampoco sé si sea un amor de novela, de tiempo y esfuerzo; o si sea un capricho ligero pero excitante.
Pero se siente paz, se siente una caricia en la piel que se eriza. Ellos se besan con ternura, sin prisa, son adultos, no tienen de quién esconderse ni adónde llegar temprano. Aquí no hay príncipe y Cenicienta. Sólo dos personas comunes que quieren abrazarse. Ese abrazo se siente maravilloso, ambos se protegen. Dentro de mí una fantasía, una ilusión me susurra que sí; ellos se aman.
Y ojalá las inclemencias de la vida no los haga olvidar este momento que no tiene fotografías, todo queda en su memoria. Ojalá se esfuercen, ojalá luchen, que jamás se falten al respeto, que comuniquen lo que necesitan, que sea un amor sano, no un amor de colegio superficial y de sexo sin sazón.
Por ahora, bésense, abrázalo, abrázala, por ahora estrechen sus manos bajo el sauce, porque el tiempo aquí no existe.
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