lunes, 12 de diciembre de 2022

Y lo llamé Sangre

Me gustan las mariposas negras, es como si nos entendiéramos, rechazadas y al mismo tiempo libres de volar. 

Otra vez hay sangre en las sábanas, en el suelo, en vendas escondidas bajo el colchón; y una felicidad momentánea. Lo acepto, disfruto haciéndome daño. El aroma es tan familiar, la sensación de escozor, y un millón de mariposas negras salen de la abertura de mi piel, parece una cascada. Y es increíble, casi como estar drogada. Escuchemos a Ed Maverick  y olvidémonos un rato de la vida y sus circunstancias grotescas. 

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