Ya me harté de sentirlo todo, de hacerme pedazos cada vez que abro mi corazón. Le grité, le lloré, le insulté: Pero jamás dejó de doler vivir.
Si el sacrificio de sanar significa cerrar mi alma, que así sea. Que digan lo peor de mí, porque el infierno está aquí: en la sonrisa maníaca de un asesino en serie. y en la melodía de una voz que tararea en París, Chiapas.
15/12/23
19:01
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