miércoles, 17 de diciembre de 2025

Noche

Allá afuera hay sol,
pero en mi alma se espesa una oscuridad densa.
El silencio se queda conmigo;
me ha visto llorar a escondidas
y no se va.

En esta noche fría,
con convicción decido ser quien soy.
No finjo.
Tengo el espacio exacto para lamentarme en secreto.

Afuera el reloj insiste,
hay un sol abrasador y nubes limpias.
Aquí, en cambio,
en el centro del pecho,
habita una negrura peligrosa.
Mis trastornos también están aquí,
acostumbrados a nacer desde dentro.

Todos duermen.
Las calles están vacías.
La ausencia de ruido, a veces,
es una bendición.

Soy tan consciente de estar viva
que duele.

No sé si existo
o si ya nadie me ve.
Si muero, cinco personas me velarán
y me volverán ceniza.
Si vivo,
seguiré eligiendo la soledad.

La noche pesa.
Desnuda, quiero huir con dignidad,
pero me quedo a vivir en lo profundo:
es lo único que conozco.

Abrazo a una sombra.
La abrazo en silencio.
Este
siempre
ha sido
mi hogar.

martes, 16 de diciembre de 2025

Entre la sangre y el yugo

Me estaba desangrando
y todavía era una niña.
No dolía,
pero me asfixiaba.

La herida crecía como una planta enferma,
regada a diario por manos que decían amar.
Creció tanto
que agrietó las paredes del corazón
y mis costillas estallaron
como un Big Bang doméstico.

De cantina en cantina,
la familia en versión irónica:
música, risas forzadas,
juegos para tres niños
confundidos y aburridos.

De calle en calle,
la pareja que me dio la vida
gritaba y forcejeaba
mientras la velocidad subía
en un automóvil cualquiera.

El olor repugnante del licor
era la señal inequívoca:
el día terminaría mal.
Mi hermanito miraba las estrellas
deseando que amaneciera pronto.

¿Mi regalo de XV años?
Una navaja.
Más sangre.
Coagulándose en brazos y piernas
como un idioma que aprendí demasiado joven.

La que fue la bebé de mamá
terminó ofendida por la misma.
Y papá,
mi mentiroso progenitor,
nunca volvió para rescatarnos.
Abandonó a sus hijos,
a su creación,
desde el supuesto amor.

La niña ahora tiene treinta años.
Lleva una corona de espinas en la cabeza.
Mantiene una relación insana con su cuerpo
y con el demonio
que borderline se hace llamar.

lunes, 15 de diciembre de 2025

No le debo luz a nadie

La oscuridad que me abraza y escribo, no es solo un capricho más, es mi lenguaje para sobrevivir este mundo de locos. 

Por supuesto que duele y no puedo entender aún cómo es que teniendo al amor de mi vida y a mi mamá cuidándome aún en mi adultez, puedo vivir con un vacío crónico e intenso, que hace sacar poesía dolorosa de mis entrañas. 

Es cómo si no me quisiera hacer más feliz, hablar de la negrura de la existencia se me da demasiado bien. 

Escribo para no autolesionarme, para no tragar mil pastillas, para no atacar a los que amo. Escribo para no suicidarme. 

Trasmuto este caos en agonía domesticada, dreno todos los días un poquito de mi tristeza, escribiendo escupo mi gran necesidad de borrar la desazón. 

Velo por mi alma, dejándola hablarme de todo lo que le quema, el papel ahora es mi piel y la tinta mis antiguas navajas. 

Al acabar de escribir y de gritar por dentro, todo gira en un silencio que indica que, hoy, se acabó el poema. 

Dejo mi navaja en la mesa y sencillamente me voy. 

domingo, 14 de diciembre de 2025

Hasta que se sienta nada

Odio, ¡cuánto odio esta maldita sensación de recurrente vacío. A veces quisiera estar muerta para que mis órganos les sirvan a alguien que si valore su vida.

¿En qué espero convertirme? ¿Regresarán todos mis antiguos anhelos? ¿Dejaré de correr y por qué razón? Me siento tan cobarde y estos trastornos me hacen su perra.

Recaída tras recaída cada vez es más difícil levantarse y encontrarle algún propósito a todo esto? Tengo terror de jamás volver al que fui.

Solo recuerdo cómo te olvido, el licor vuelve los rostros en ángeles. Hoy el siempre se ha convertido en el jamás. 

sábado, 13 de diciembre de 2025

Temor y temblor

Sí, en vez de escoger maquillaje, elegí un cóctel de medicamentos, nunca me importo la ropa en tendencia, yo fui de navajas y sangre. 

Mi fiesta de quince años fue la soledad de mi habitación, se me enseñó que no era un evento importante. 

Perdón papá, tu "plan nutricional" no te funcionó, me llevó al infierno y de la mano del diablo se me presentó el trastorno de la conducta alimentaria. Y nunca pude pararlo, sé que si me hubieras enseñado a comer desde el amor hubiera sido suficiente, que me amaras iba a hacer que me amaras. 

Te amo, papá, incalculablemente, pero sí, me regalaste un daño que no tiene cura. Entre pastillas y crónica depresión. No todo es tu culpa, pero me quemaban las yemas de los dedos por escribir sobre esto. 

Perdóname papá, no pude ser una mujer normal

Sí, en vez de escoger maquillaje, elegí un cóctel de medicamentos, nunca me importo la ropa en tendencia, yo fui de navajas y sangre. 

Mi fiesta de quince años fue la soledad de mi habitación, se me enseñó que no era un evento importante. 

Perdón papá, tu "plan nutricional" no te funcionó, me llevó al infierno y de la mano del diablo se me presentó el trastorno de la conducta alimentaria. Y nunca pude pararlo, sé que si me hubieras enseñado a comer desde el amor hubiera sido suficiente, que me amaras iba a hacer que me amaras. 

Te amo, papá, incalculablemente, pero sí, me regalaste un daño que no tiene cura. Entre pastillas y crónica depresión. No todo es tu culpa, pero me quemaban las yemas de los dedos por escribir sobre esto. 

No era capaz de hacerlo

Empezaré a aplicar la de "no me importa, me da igual." Para absolutamente todo. 

Todos mis planes fallaron, ¿Para qué lucho contra la marea? Nada de lo que yo deseo se hará realidad, y aunque me duela, dejaré que el mundo gire, gire, y gire.

Ya no me importan mis reemplazos, porque ya no arde, pues tengo agravios de los que me debo encargar y afortunadamente no estoy sola y soy muy amada. 

Las ausencias ya no me dan miedo, si alguien viene a mi hogar será bienvenido. Y si no viene nadie me tengo a mí y a mis palabras en prosa auto publicada. Quién sabe, quizá algún día...