jueves, 31 de enero de 2013

Fragmentos de sueños

Me quedaron esos pedazos de afecto, al principio no supe qué hacer con ellos. Seguramente debía desecharlos, olvidarlos, arrojarlos al mar del olvido. Pero junté todas esas remembranzas, las amoldé tan preciosamente que forjé un paisaje lleno de sueños diversos. Y allí me quedé para siempre, envuelta en fantasías, quizás dormida. Alejada del mundo real, de lo que me procuraba dolor, angustia y amargura. Por un instante fui feliz, me sentí completa, me vi amada. Aunque como ha sido costumbre, todo se tornó difuso y abrí los ojos, volviéndome a encontrar con un amanecer al que deseaba jamás darle paso a mi ventana. Otro día, otro comienzo, otra oportunidad han dicho. Otro fracaso o paso en falso. Demasiados conflictos, rechazo a sonreír, cansancio de fingir una risa que de tan patética, da gracia y consigue el efecto deseado. Inspiración fracturada, versos mal estructurados, libros a medio leer y aquellos cigarros que parecen no acabarse nunca. El día sigue su curso, la realidad. Y en mi pensamiento solo está mi pequeña, secreta construcción a base de trozos de sueños fracasados. Entonces llega el atardecer, un poco de distracción al son de una mala canción de amor, las pastillas que no efectúan la misión como solían hacerlo. Yo solo espero el anochecer, el frío y el silencio en mi habitación, donde no queda nadie a quien responder, a quien sonreír, a quien expresarle algo a lo que ni le presta atención. Yo solo espero la llegada de una luna preciosa, unas estrellas que en mi ciudad aún se pueden distinguir, una paz que permite que saque a pasear a mis demonios. Plasmarlos en letras sin sentido. Escucho el sonido de las teclas y al escribir puedo cerrar los ojos. Todo termina, me alcanza el sueño; regreso a mis fantasías, regreso a mi mágico hogar hecho de amores inconclusos, amores imaginarios, reminiscencias ideales. Vuelvo a dormirme y le sonrío a la enajenación mental.
http://youtu.be/KB7TJtbELa4

sábado, 26 de enero de 2013

Sa voix

Puedes imaginar caricias, crear sueños torpes de besos intensos, abrazos y sexo. Pero la voz, es real, puedo sentirla, a ella sí, a él no. Su voz es perfecta para mí, es una guía bizarra hacia ningún lugar en específico, su voz es mi consuelo a su ausencia. Puedo mantenerla cerca de mí a donde quiera que vaya, puede acercarme a su esencia aún en la distancia. Su voz lo es todo, considerándose una señal, un "te estoy esperando". 

domingo, 20 de enero de 2013

Escribe algo sin pensar que a la mañana siguiente lo publicarás


Estoy confundida, debo admitirlo. Nunca había pasado por algo así, es distinto. Pero para mi historia, va culminando igual; no sé, probablemente. Tampoco entiendo lo que estoy escribiendo, ni sobre qué lo estoy haciendo. El nudo en la garganta está ahí, no se ha ido ni se irá.
A veces todo se siente como en las películas.

viernes, 18 de enero de 2013

Cuatro años hacia delante XII


Fin del flashback en versión Ian
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-¡No te creo ni un poco! – Grité empujándolo lo más posible de mí - ¿acaso piensas que soy estúpida, Ian?
-Claro que no – sollozó volviéndose a acercar – lo que te digo no es nada más que la verdad, y me duele que prefieras llevarte esa maldita única imagen de lo que pasó y no des paso a la realidad. Sabías que yo te amaba de verdad, yo creía que realmente lo sentías; con mis besos, mis caricias, mis palabras, mi necesidad de estar siempre cerca de ti, la promesa que nos hicimos ¿la recuerdas? Estaba seguro de que eso respaldaba mi amor.

Flashback (en versión de Ella)
Ahí estábamos Ian y yo, como dos idiotas jugando a alcanzarnos. Íbamos corriendo demasiado aprisa, algunas personas nos miraban con curiosidad, otras con indiferencia y unas más con algo de odio por empujarlas y sacarlas un segundo de su rutina. Ian me estaba alcanzando, así que corrí más fuerte, entre risas y jadeos; como si quien quisiera alcanzarme fuera el monstruo más cruel y horrible.
-¡Ya verás… cuando… te alcance, princesa! – Gritó entre jadeos tras de mí a lo que respondí sacándole la lengua y corriendo aún con más rapidez. -¡te… vas a… arrepentir!
De acuerdo, era la escena más cursi e irreal que existía. Al correr amaba sentirme libre, lejos de los problemas, desde siempre. Y que ahora él lo hiciera conmigo, me llenaba de plenitud.
Me giré a comprobar que tan cerca se encontraba Ian de mí, y me paré en seco cuando me di cuenta de que él había desaparecido. Miré hacia cualquier lado tratándome de encontrar con su rostro cansado y enojado, pero no estaba. Comencé a desandar el camino que había formado, tratando de volver a acompasar mi respiración. Seguí caminando y mirando, pero al pasar por un callejón alguien saltó de ahí de repente, haciéndome gritar como si no existiera un mañana. Cuando creí que el corazón se me iba a salir del pecho en cualquier momento, comprobé que ese alguien se trataba de Ian que, viendo mis ojos desorbitados, no paraba de reír con malicia.
-¡Eres un verdadero idiota! – le grité mirándolo con reproche, sumamente molesta por su broma.
-No…-rió más ante mi ceño fruncido – no te enojes…-más risas – princesa.
Siguió riéndose descaradamente de mí,  hasta que no lo pude soportar más y comencé a reírme también. De nuevo la gente nos miraba con extrañez, dos locos en medio de la calle riéndose de nada.
-Esa me la pagas – dije cuando las risas se acabaron y los besos traviesos habían comenzado.
-Yo sé cómo – me lanzó una mirada coqueta y volvió a empujar sus labios contra los míos.
Una sesión larga de besos.
-No me parece suficiente – hice un puchero – ¡fuiste muy malo conmigo! – se acercó a mí con la intención de volverme a besar – y no, los besos no te sirven de nada – sonreí con maldad.
-Ya sé – su mirada brilló – sé cómo compensarte, princesa.
-¿Y có…? – No me dejó terminar de hablar cuando me tomó de la mano y me jaló para que comenzara a caminar. No sabía que tramaba, pero conociéndolo, era inútil preguntar.
-¿Un hotel? – Lo miré molesta - ¿acaso crees que…?
-No te enojes, no es lo que piensas – rió – aunque si tú quisieras…eh, es broma – finalizó al ver mi cara roja.
-Dime entonces por qué estamos frente a un hotel
-Obviamente porque vamos a entrar a él – dijo y le di un zape. – ya princesa, quiero mostrarte algo.
Entramos al hotel, nadie nos prestó atención, al parecer era un día ajetreado para el personal. Miré a Ian con duda, y colocó el dedo en sus labios. Me tomó de la mano y, sin la mirada de nadie puesta en nosotros, nos subimos al elevador.
-¿Qué pretendes? – dije riéndome con soltura al ver que nos dirigíamos al último piso.
-Un poco de emociones fuertes – se rió también mientras me abrazaba –te va a gustar - sonrió.
-Así que… ¿emociones fuertes? – me acerqué y nos besamos durante el trayecto al último piso de aquel enorme hotel.
-Esteee – oímos que alguien carraspeaba cuando se abrió el elevador. Ian y yo nos separamos y un hombre de aspecto amargo nos miró de arriba abajo.
-Ah, te decía, ¡qué bonitas están las instalaciones! ¿No te parece? – me miró aguantándose la risa.
-Ya sé, es un hotel precioso – sinceré.
Bajamos del elevador con la mirada sospechosa de aquel hombre.
-No mires atrás – me dijo Ian sonriendo mientras nos alejábamos. Involuntariamente me giré a observar si el hombre seguía ahí.
-Niña desobediente – susurró.
No sé de qué modo terminamos en la azotea. La vista era increíble, era maravillosa. Observé embelesada por un momento hasta que sentí la mirada de Ian puesta en mí.
-¿Qué me miras? No deberías desperdiciar tan hermosa vista – le sonreí.
-Es que no creo que haya mejor paisaje que el de tu sonrisa y tu mirada – dijo en una media sonrisa, sonrojándome por completo.
-Qué tonterías dices – reí nerviosa girando mi mirada.
-Solo digo la verdad – tomó mi rostro entre sus manos – Te amo.
-Te amo también – lo miré con lágrimas en los ojos – eres lo más importante de mi vida. Gracias por hacerme tan feliz.
-Al contrario bonita, gracias a ti – limpió mis lágrimas - ¿tienes hambre?
-¿Hambre? – Me reí – ¿y qué me va a cocinar, compañero?
-No será necesario – frunció el seño – espérame aquí, no tardo.
-Pero…- y otra vez se iba dejándome la palabra en la boca. Mi novio estaba loco, pero era mi loco. Lo amaba demasiado.
Al pasar algunos minutos, mi novio regresó con una bolsa llena de comida variada. Me reí imaginándome cómo se las había ideado para robarla y me arrepentí de no haberlo acompañado.
-La comida está servida, princesa – me dijo mientras nos acomodamos. Disfrutamos mucho de ese momento, comiendo y bromeando sobre cualquier cosa. El tiempo pasó muy rápido y pronto empezó a oscurecer.
-Creo que es hora de irnos – comenté después de unos minutos de silencio.
-Tienes razón, pero antes, quiero decirte algo – me tomó de la mano y nos asomamos al imponente borde de la azotea. Muerte segura.
-¿Qué quieres decirme? – Dije acariciando su rostro con dulzura.
-Quiero pedirte que jamás olvides que te amo, que tú eres lo más importante en mi vida – me miró serio – no importa lo que pase, yo siempre te amaré. Prométeme que nunca vas a olvidar eso ¿sí?
-Te lo prometo – aseguré con extrañez – no importa qué pueda pasar; eres el amor de mi vida.
-Nunca olvidaré esta promesa. Te amo princesa.
-Yo también te amo, mi príncipe – dije y él rió ante el gesto, besándome una vez más.
-¡Son esos de ahí! – Gritó un hombre de pronto. Entonces Ian y yo comenzamos a correr.

jueves, 10 de enero de 2013

Quería decirte... y la distancia

Era de noche, no había nadie en casa como de costumbre. Estaba harta de los cigarrillos, las caladas no eran suficientes para acallar un poco a mi mente. Quise leer un libro, explorando con mi imaginación expandida al máximo, con los paisajes y personajes que éste describía; yo solo quería olvidar el mundo real. Me invadió el miedo porque en mi cerebro no se hallaban las imágenes cotidianas, los sentimientos supuestamente perpetuos, la ansiedad por ese anhelado sueño adverso. Nada de eso habitaba, porque para variar estaba pensando en ti. ¿En qué momento decidió aparecer sin que yo le diera bienvenida?
De acuerdo, creía estar enamorada, creía amar, tenía la estúpida idea de que mi experiencia y los años que llevaba encima me regalaban un poco de credibilidad, de éxito. Y al final me chocó directo al pecho una sensación irremediablemente distinta, injusta. Me negaba a creer que algo así dominara lo que yo creía un amor inquebrantable, un deseo que ni volviendo a nacer se retiraría de entre mi piel y mi alma. La vida me obsequió una sonrisa sarcástica aplicándome una ley desconocida, llegó él. Entonces mi corazón fue enjuiciado; él desesperado pedía mi auxilio, ¡decide qué sientes! Decía una y mil veces. Hasta que después de los meses, los mensajes de quien sí recibía y de quien no, la búsqueda desesperada de uno y la indiferencia del otro, el amor y el odio. Decidí que a mi supuesto gran amor solo le tenía un gran aprecio y una pizca de obsesión, encontré que lo único que le hacía atrayente era la imposibilidad de tenerlo, las ganas inmensas de verme sufrir escribiéndole poesía día tras día. Llevándome así a un destino totalmente distinto al que forjaba y amoldaba en mis sueños a mi gusto. Y después de esa noche quería decirle al verdadero, al que me importaba, al extraño pasajero de cabello negro y desastroso, al muchacho de ojos tristes pero profundos, al insensato e inestable, al prisionero de los fantasmas de su pasado; quería decirle, quería besarle, quería despojarlo de sus ropas, quería hacerle el amor.
Pero la distancia lo impidió.

http://youtu.be/ecb6BNWwKf4

lunes, 7 de enero de 2013

Ni poeta ni suicida: Un desastre emocional.

¿Escribir para satisfacer a los demás? Lo último entre mis prioridades.
¿Escribir para enamorar? Así no funciona el mundo.
¿Escribir como método de desahogo? En estos días ni eso me ha regalado tranquilidad.
La verdad es que en ocasiones ni con las letras cuento para calmar mi ansiedad, todo se ha vuelto excesivamente confuso, mis sentimientos se vuelven inestables; un día odio y al siguiente amo.
Ya no sé cómo controlar mis impulsos, de tenerlo todo de pronto me quedo sin nada.
El proceso de olvido, curación, deseos de ser feliz; y luego volverme a enamorar. ¿Acaso ahí es donde inicia todo o donde termina?

http://youtu.be/wpbHV6ERbEc

martes, 1 de enero de 2013

2013 sé MARAVILLOSO

Hola, sé que los tengo medio abandonados; pero no podía dejar de venir a agradecerles por otro año en el que hacen de este blog mi espacio ideal. Porque mi parte favorita de escribir es encontrarme con sus preciosos comentarios, con enterarme de que mis malos poemas los han atrapado de algún modo loco. De corazón les doy las gracias por darse el tiempo de abrir mi página, escuchar mi música y leerme. Deseo mucho que este 2013 este lleno de alegrías y éxitos para ustedes. No saben cómo los aprecio! Espero seguir encontrándolos por aquí!
Y grabo en mi memoria lo que ha dicho mi amigo @And3rz0n: "Los rencores, los odios, los temores, las penas. Todo eso, se quedó en el 2012"
G R A C I A S.