lunes, 13 de mayo de 2013

Al nombre

Así te llamas, así es como mi torpe imaginación te adoptó; como mi catarsis. Ha pasado demasiado tiempo para que en verdad me siga importando el portador del nombre. Ahora es más que eso, porque sé que en su vida hace gran tiempo que yo ya no significo nada.
  A ti te adjudiqué mis penas y ahora acudo al nombre para desahogar un nuevo dolor ¿cómo detengo este daño que me envenena el corazón? Necesito que me auxilies, que me refugies en todos aquellos poemas que durante tres años te escribí. Tres años protegida por el dolor de tu ausencia, del recuerdo de tu amor. Tres años amando mi tristeza por el nombre, por ti.
  Hoy te vuelvo a escribir, porque amor, mi angustia es tan descomunal, mi inseguridad me pida que acuda a ti, a revivir a base de sueños lo amada que solo tú podías hacerme sentir. Y el poder tan grande que tenías para borrar toda amargura en mis ojos. Todo tú lo sabías, todo tú - vuelven las lágrimas - me dominaba.
  Así empezó, con el nombre. Y así terminó.

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