martes, 27 de febrero de 2018

Fuiste

Fuiste el primero en mi vida
El primer hombre que rompió mi corazón. Fuiste la primera ilusión, la fe dentro de un cuerpo que pocas veces coincidia con mi alma.

No puedes imaginarte cuántas veces pienso en ti, cuántas veces el recuerdo de un invisible nosotros me ha dominado. El amor que sentí por ti tal vez no fue en más grande, ni el más pasional. Pero ha sido el más tierno, el más inocente.

Tú representas mis primeras quimeras, yo te quise como una niña. Tú fuiste el primero en mi vida, el primer nombre oculto en mi poesía. Mis primeras lágrimas de amor, de desamor. Me hiciste sentir que efectivamente tenía derecho a ser amada, tenía la oportunidad de que alguien me quisiera sin importar mi introversión, mi desaliñada vida, sin importarte la puta distancia que nos separaba.

Hoy quiero acordarme de ti, sin deseos vagos. Porque en esta tempestad quiero aferrar mi prosa a historias lejos de mí, afuera de la negrura en mi alma y la depresión por algo que no he podido cambiar.

Quiero alejarme de mi realidad para acortar la distancia de ese pasado caótico pero colmado de ilusiones. De la esperanza ciega que ahogaba los malditos gritos de mi verdugo.
No me desvíes de tus ojos negros, por favor. No me alejes de tu tez, del sonido de tu torpe voz al cantar. Qué no daría por volverte a escuchar sólo una vez más.

Cambiaste mi vida e hiciste que yo conociera la mejor faceta del amor, la del correspondido. Porque tú me querías, casi tanto como te quería yo.

Carajo, yo te idolatraba; soñaba con estar contigo para siempre, con la idea de que podrías esperarme hasta que la vida uniera tu boca con la mía.

Te agradezco por regresar tu presencia tan sólo para volver a escribir...

No hay comentarios:

Publicar un comentario