viernes, 1 de enero de 2021

A la luz del texto me siento segura

Papá, a la luz del texto me siento segura, sé que no lo escribo para que lo leas. No sé qué palabras tengo que usar contigo para que me escuches. Sólo pido unos minutos de atención para hablarte de mis heridas. Estoy enferma y no me canso de repetirlo, ¿Cómo te digo que quiero morirme sin que te molestes? Me muero poco a poco y quisiera cortarlo de raíz. No es una fase.

No fui una niña feliz, no puedo engañarme ni engañarte, fui una niña que desde pequeña fue criticada por ser diferente, no había segundo en que no se me recordara que era terriblemente fea, que mi cuerpo era inaceptable, que necesitaba cambiar. Y yo sólo quería que me dijeras que me amabas tal cual era, estando tal y como estaba. Papá, mi niñez no ha sido más que sangre, desprecios y dolor. Quería que lo supieras.

Te pido con el alma abierta de par en par que me regreses al barco porque me estoy ahogando. Siento que ya no tengo cura, que mi vida siempre será el eterno odio que tengo hacia mí. Porque aunque no lo quieras escuchar, papá, yo me odio. ¿Cómo llego hacia ti? Indícame el camino, señala la forma adecuada para dirigirse hacia ti. Estoy rota y necesito que recojan mis pedazos. No puedo olvidar el pasado. Siento que el pecho me va a explotar y no sé dónde está Dios, quiero que el dolor termine.

Papá, ayúdame.

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