lunes, 24 de mayo de 2021

Deseo no arrepentirme de nada

He decidido desde hace mucho tiempo que todo aquello que escriba en este espacio debe fluir sin miedo. Acepto que no siempre me salen las cosas bien, el perfeccionismo me obliga a buscarle estética a mis palabras, pero todo es mentira. La belleza no puede resumir mis dolores, en cada monstruo también existen asuntos que resolver, en cada frase agolpada existe algo que se empieza a curar. Mi espíritu dice que el camino es el correcto.

Así que en lugar de embellecer cada letra y enrollarme en rimas vacías, quiero desahogar mis sentimientos, necesito llorar hasta quedarme seca, y volver a empezar. Mi vida nunca fue lineal, así que no busco que lo sea, nunca he experimentado una felicidad extrema, y todavía rezo porque eso sea normal. Aunque exprese lo contrario mi corazón no quiere vivir siempre triste.

Aunque las noches me aterren, aunque el hambre me despierte a mitad de la noche, aunque le ruegue mil veces al cielo que mi papá me salve, aunque no pueda olvidar. Es una lucha solitaria, agotadora pero que aún no se acaba. Sé que no tengo que ser yo la que decida el final de mis días, por ahora no, o por siempre no. Hiere, pero el destino no existe. 

No quisiera pensar que todas nuestras vidas se desarrollan al azar, que nada de lo que hagamos define nada. Dentro de mí sigue respirando la persona soñadora que cree que en este mundo hay un espacio para ella. No puedo permitir que ella muera, no lo merece, no es culpable.  

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