juego con su sombra en voz baja,
y dejo que el silencio me roce como filo.
Mi cuerpo es terreno baldío,
poblado de objetos que saben cortar el olvido.
poblado de objetos que saben cortar el olvido.
Anhelo sentir algo que no sea esta culpa que vigila mis noches como un centinela insomne.
Hace tiempo que el dolor se volvió reflejo, como si las manos recordaran solas una fiera que dormita desde los días en que el mundo era más grande que yo.
No sé cuándo acabará,
solo sé que sigo aquí,
entre el pulso y la herida.
solo sé que sigo aquí,
entre el pulso y la herida.
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