Tanto que en mí, yo te amé. Te dediqué cada rincón de mi cuerpo, te mostré mis cicatrices y las besaste. Mi frágil piel se hizo una con la tuya.
¿Cómo me exiges olvidarte? ¿Por qué no puedes entender que aún te amo? ¿Cómo aprendo a decirte adiós?
Lo que algún momento entregué a ti, sigue siendo tuyo, y aunque sé que jamás fuiste mío, una parte de mi alma siempre guardará tu nombre.