jueves, 2 de octubre de 2025

Mapa de las ruinas


En aquellos días avanzaba una herida que no cerraba, fingí no sentir dolor, pero eso cada vez se hacía más grande, elegí que sufriría por ti.

Soltaste mi mano creyendo que me verías al siguiente día. Te advertí que si soltabas mi cintura, jamás volverías a tocarme, a olerme ni a verme.

Ahora estoy tan segura que has olvidado mi voz, mi forma de reír, mi debilidad cada vez que me mirabas. Sé que has desechado de tu memoria hasta mi nombre.

Aquí dejaste un río vacío, noches de angustia interminables, llantos escondidos y la tristeza de haberme sentido insuficiente y rechazada. Llené mi vacío con licor y pastillas blancas. Para olvidarte, lo juro, casi pierdo la vida.

Con el tiempo pude entender que una brasa no se apaga, que las flores de mi pecho brotan a pesar de esta sequía. El eco de mi propia voz me recordó que estoy viva.

No estoy bien, pero me estoy levantando, las cicatrices de mis muñecas son el mapa a la salida.

Tuve que volver a sostenerme, mi dolor continúa, pero ya no manda. Veo luz después del humo, abandono al fin a  los escombros de mi pasado. 

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