sábado, 15 de octubre de 2011

No te irías.


Sé que sería mejor renunciar a todo esto, sinceramente ya estoy cansada de las personas que fingen ser algo y al tiempo que les brindas tu confianza te demuestran otra cosa. Pero soy adicta a insistir en lo imposible. No voy a pedir perdón, porque no soy una mala persona, sólo que no he sabido sentir y darme cuenta de quién cumplirá la promesa de siempre permanecer cuando yo le necesite. Soy una persona con muchos problemas, muchísimos, cambios de humor tanto negativos como positivos, demasiado sentimental por dentro y fría por fuera, pero quién se jacte de quererme sabrá soportar mis defectos y viceversa. Y estoy segura de que tengo a las personas correctas conmigo, las que se fueron y las que quizás se irán, darán la vuelta para nunca regresar, puesto que cierro esas puertas con candado y jamás vuelvo a abrirlas. Que a pesar de tantas heridas de diversas cosas, soy una persona feliz, soy alguien que todavía puede sonreír y convertir los días en algo hermoso, porque el poder de la felicidad está en mi interior, yo puedo cambiar el contexto de las cosas. Los amigos y el amor son sólo un complemento, una pieza que falta, que a veces suelo hacerla demasiado grande. Sé que puedo, y con la frente en alto, presumir de tener a gente fantástica en mi vida, gente real y única, eso es lo que vale, esa es la razón. Y también puedo asegurar, a pesar de las circunstancias, que tengo al hombre que amo cerca de mí, ¡es irónico! Pero así es. Y con eso me basta y me sobra. Gracias.

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