domingo, 20 de noviembre de 2011

Matando memorias.


17/11/11

¡Hoy cumplimos dos años de noviazgo! ¡Qué felicidad! He formado miles de planes para nuestro día especial. Una noche que ella jamás olvidaría, jamás. La amo tanto, me es imposible creer en una vida lejos de ella, sólo de pensarlo me daba escalofríos, ¡Pero qué tonterías! Ella me ama tanto como la amo yo a ella, lo sé.

17/11/11 Noche fría. 9:00pm

Estoy preparado para mi noche especial, vestido con un traje negro, quizás demasiado formal. Mi cabello que acostumbradamente es una maraña, hoy está lizo y peinado, me afeité, me bañé excesivamente bien, lavé con fuerza mis dientes, nadie podría arruinar este día tan perfecto, ni el mismísimo rey de las tinieblas.

17/11/11 Noche helada. 9:30pm

Ya estoy en el lujoso restaurante, he tenido que adelantarme a tomar dos copas, mi amor se ha demorado un poco, ¿y si le sucedió algo? ¡No quiero ni pensarlo! Marco insistentemente a su teléfono celular, finalmente ella contesta.

-¿Amor? - pregunto dudando - ¿Por qué no has llegado?

-Lo siento - contesta ella lúgubremente - No llegaré.

-¿Qué? ¡¿Porqué?! - Grité colérico, pensando que se trataba de alguna pésima broma.

-Es que, tengo que hablar contigo - dice seriamente.

-Dime- le pido con miedo, siento que se avecina algo terrible.

-Pues...he estado pensando las cosas, mi situación, y la verdad es que ya no quiero estar contigo, es decir, ya no quiero andar.

-¿Por qué? - Pregunto con suplica. Con la voz cada vez más apagada, sentí que sus palabras me hundían poco a poco. Debe ser sólo una pesadilla cruel.

-No sé, son varias cosas de tu personalidad que ya no soporto. La verdad es que tú tienes demasiados problemas y nunca los resuelves y si lo haces, lo haces de una pésima forma.

-Yo-no-tengo-problemas - Articulé cada palabra ahora con mucha molestia floreciendo en mí.

-¡Ay! Sí los tienes, pero los niegas - Reafirmó ella.

-De acuerdo - acepté - Digamos que sí tengo problemas, pero si tanto dices quererme, ayúdame a ya no tenerlos - pedí, ya con lágrimas en los ojos, endureciendo la voz.

-Precisamente ese es el problema, yo ya no te quiero.

-Entonces - tragué saliva - Ayer que me dijiste que me amabas, era una mentira, ¿no lo sentías? - Escupí con rabia.

-Perdón - se limitó a decir. Las lágrimas me estaban ahogando.

-¿Desde hace cuando tiempo estás así?

-Es que no quiero lastimarte.

-¡Ya lo estás haciendo! - Grité al teléfono y un mesero que pasó cerca de mí, me lanzó una mirada severa - ¿Desde cuando?

-Ya lo había pensado, pero...

-Entonces me estás diciendo que todo este tiempo que hemos estado juntos, me dijiste mentiras, ¿Me dijiste que me querías sin sentirlo?

17/11/11 Noche congelada. 10:00pm

Colgué el teléfono, no quise oír más respuestas, sentía que mi corazón estaba a punto de salir de mi pecho, me iba a morir, lo sentía venir. Me agarré de los cabellos y azoté mi cabeza contra la mesa. Me levanté, me dirigí al baño y seguí con los azotes, sólo quería dejar de pensar. Hasta que sentí que un líquido caliente resbalaba por mi frente, era sangre. Tomé un papel, me limpié y salí del baño.

-¿Todo bien, señor? - Me preguntó un mesero con mirada de preocupación.

-Sí - refunfuñó -tráeme más de ésta - señalé mi copa.

-Enseguida señor.

No recuerdo en qué momento perdí la noción, sólo sé que me arrastraba hasta la puerta de mi casa, gravemente ebrio, como no lo había estado nunca, me encerré y seguí bebiendo alcohol, hasta que mi cerebro estuviera tan colapsado y pudiese dejar de llorar. Tomaba y tomaba, para no pensar en ella, era imposible para mí sentirme mejor.


25/11/11

¿Cuantos días han pasado? ¿o quizás sólo horas? Ojalá hayan pasado años.
Sigo en la misma esquina, con botellas vacías de cerveza a mi alrededor, mi aspecto ha cambiado, no me reconozco a mí mismo en el espejo, ¿quién es ese vagabundo en el reflejo? Vaya, soy yo. Me estoy pudriendo lentamente, por primera vez en tantos días estoy consciente y me acuerdo de ella. Una esperanza estúpida crece dentro de mí, quizás ella también se siente igual, quizás también me necesita, ¡todavía me ama!

Insisto en marcarle.
Nada.
Vuelvo a marcar.

-¿Bueno? - Responde su melodiosa voz y mi corazón se desempolva.

-Hola - respondo sin más.

-Oye, ¿qué pasó? - Pregunta ella, dudando.

-Quería decirte que te extraño - respondo emocionado - ¿tú no?

-No sé me haría justo decírtelo.

La amargura vuelve a ser parte de mí al escuchar su respuesta, la rabia me domina por segunda ocasión.

-Ah, perfecto, ¿Y se te hace muy JUSTO lo que me hiciste, no? Sé que me extrañas, sé que quieres estar conmigo - digo, seguro de mí mismo. -¿No piensas decirme nada?

-Yo he dicho todo lo que tenía que decirte, estoy decidida a nuestro rompimiento. Te juro que nada va a cambiar - dice con tristeza.

-¿Entonces no te importa lo que tengo que decirte? - Digo, dolido.

-¡Sí me importa! - grita - pero no servirá de nada, no lo cambiará nada.

-¿Que fue lo que pasó? ¿qué hice mal? ¿Por qué de repente mandaste todos nuestros planes a la fregada?

-Ya déjame ir por favor, no quiero que me estés esperando más - insiste ella.

-Ese es mi problema.

-Tienes razón.

-Nadie te va a querer como lo hago yo, nadie - Le digo con un nudo en la garganta.

Cuelgo el teléfono nuevamente. No quiero escuchar nada más.

28/11/11

Me he ahogado en el alcohol, caí en la promesa de una vida feliz, eso ya está tan lejano, eso jamás podrá volver a ser. Estoy tirado en mi habitación, no sé cuando me recupere de esto, no sé si lo haga, sólo quiero morirme, ¿en qué momento dependí tanto de ella? ¿En qué momento me dejé cegar por su 'amor'?

No puedo volver atrás.













En blanco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario