miércoles, 28 de enero de 2015

2010 - 2012

Recuerdos de letras mediocres que aún siendo lo que eran me lograban llenar. Sé que no necesitaba escribir como ellos para sentir que creaba algo especial. Solo rozando el teclado llegaban las palabras a amoldarse alegremente a mí. Éramos felices juntas, en medio de corazones rotos. Caminábamos de la mano en un prado de decepciones, de trozos de ilusión y sonrisas a medias. Me consideré la viajera de los sueños. Cómo amaba imaginar. 

Es que la fantasía siempre fue mi hogar, ¡cuántas veces no le escribí a ella! Porque no había un rincón en el mundo real que se igualara a la utopía. Hoy me ha cerrado las puertas pues decidí erróneamente enterrarla. Porque yo ya no necesitaba saber más de lo que Andrómeda me susurraba. Sentí que su belleza me había aburrido para siempre. Era más razonable enfrentar al mundo que me condenó, a los amores que se olvidaron de mí, al hombre que nunca me quiso, a la vida que me ha abandonado, a un cerebro marchitado por la ansiedad. Claro, era más sensato. 

¡La maldita sensatez no sirve para mí! Me alejó de lo único que me hacía dichosa, de lo único que tenía poder. El desahogo espiritual. Realmente no sé quien soy, no sé a qué pertenezco. 
Pero sé que la vida no es para mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario