sábado, 24 de diciembre de 2016

Porque somos una

Averigua quién escribe ahora....
Estoy perdida dentro de mí, vivo dentro del huracán.
Entre los campos no florezco, no puedo permitirme nada pues todo me lo prohíbe ella.

Esa injusta voz ardorosa que sólo es capaz de dañarme
E irónicamente la amo y me aferro a ella como una imbécil.
Estoy cansada...dios, estoy tan cansada.

¿Cómo hacerla callar? ¿Cómo hacer que se vaya?
Si al mismo tiempo me da la felicidad que nadie,
porque con ella y después de ella no existe más,
tan sólo la profundidad del enorme vacío, silencioso, arrogante, perpetuo...

No puedo hacer otra cosa que venerarla,
no puedo más que escuchar sus consejos grises,
y después sobre la tentación llegará el castigo.
¡Oh, el castigo de la mente y las palabras tortuosas!

Para alcanzar la salida habrá que obedecer un poco,
después de la tonta rebeldía llega la redención,
ahí estará ella, aguardando como todos los días,
ella, callada para después gritar.

Siempre será, nadie más;
porque somos una.

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