miércoles, 14 de junio de 2017

Justo antes de empezar

El caos a veces puede ser hermoso, el drama de una vida que se envuelve en círculos viciosos. Lo acepto; disfruto este fallido romanticismo.

Puedo volver a crear, espero. Puedo encerrar aquí cada una de mis angustias y de mis desconsuelos. Oh, extraña poesía que logra que las penurias sean más livianas, que el camino que me lastima los pies sea un poco menos cruel.

Esta será mi elección en lugar de llorar, a cambio de agachar la mirada y alzarme sólo para la botella. Lo necesito, pues si abandono la lírica estaré perdida definitiva e implacablemente.

Dios imaginario, me siento tan herida. En ocasiones parece como si el corazón se me fuese a escapar del pecho, siento como se me va la vida... Que se me acaba el tiempo, maldita sea.

Ya mis movimientos dependen de la inercia, todo lo hago por la iniciativa del miedo. ¡cómo me aterran las miradas! Me debo al conflicto entre mi cerebro y mi cuerpo, la ansiedad que nunca acaba sin importar en qué esquina me encuentre.

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