Te quiero. Y aún tengo mucho miedo. Terror al futuro representado en pesadillas, el amor perdido a consecuencia de mis arrebatos, de mi furia enardecida por mis propios errores. Y la poca habilidad para aceptar por completo quien soy yo.
Me urge que el tiempo avance, que el sufrimiento acabe. Estoy cansada de sentirme así y apenas estoy comenzando. Otra vez vamos desde cero, se repite la impaciencia del ridículo fallo.
Quiero poder gritar, caminar con el coraje en la mirada, reírme de mis ansiedades, de los sueños grotescos que se esfuman al abrir los ojos. Recuperar el espíritu que perdí, lanzar al fuego las inseguridades que me encadenaron.
Lucho ante la ausencia de todo lo que amo, de mis inquietudes artísticas. Necesito poder dirigirme hacia el espejo sin una sola maldita lágrima.
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