miércoles, 23 de marzo de 2022

En estado de emergencia

Por eso escribo, porque quiero suicidarme en silencio. Pero uno no puede sólo no existir.

Por eso escribo, porque me corto sin que nadie lo sepa, escondo mis heridas y quemaduras. En la madrugada mi cuarto huele a sangre y tengo que encender inciensos. Nadie escucha, y todos juzgan.

Por eso escribo, porque mi corazón me dice que no valgo nada y porque el espejo me dice que soy fea, porque un demonio me susurra cada día que deje de comer para siempre. Porque mis tripas gruñen, pero no tengo motivación ni por morder una manzana. Nadie escucha, nadie lee.

Por eso escribo, porque quiero dormir todos los días, porque me agrada la noche, mi espacio para cortarme las muñecas y decirme cuánto me odia y llorar porque papá no me quiere, aunque mamá sí lo haga; papá no me quiere y nunca me querrá. Porque mi muerte no vale nada para él. Nadie escucha, nadie tiene interés. 

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