Pensándolo
y analizando mi situación actual, creo que ahora entiendo a mi yo de doce años
decidiendo por primera vez autolesionarse. Es que es demasiado evidente, no
conocía otra forma de llorar, siempre sentí tan intensamente a pesar de que en
mi familia eso era motivo de vergüenza, de burla, de locura. Entonces sólo
podía “llorar” en mi habitación, entre cuatro paredes. No, no producía una sola
lágrima, al rasgar mi piel y sentir como las gotas de sangre recorrían mis
muñecas, mis piernas, mi cuerpo… así aprendí a sentir, por medio del dolor
físico. No podía decir que mi alma estaba muriéndose, no podía gritar el
auxilio que ya necesitaba, porque sencillamente no sabía. Era costumbre
minimizarlo todo, al día siguiente el drama se esfumaba como las cenizas de un
cigarro en el viento, y yo me consumía. Han sido tantos años de dolor, desaprender
ha sido como una montaña rusa para mí, a veces pienso que saldré de esto más
fuerte, y en otras ocasiones siento que la única puerta de salida es la muerte.
En silencio, siempre todo guardándomelo para mí misma. Dejando que mi cuerpo
pagara los platos rotos. He sido tan injusta conmigo, he sido cruel,
castigadora. ¿Por qué? El cerebro humano es tan extraño, tan listo y a la vez tan
estúpido: le enseñaron a acallar los sentimientos y ahora que tengo el mando
para hacer las cosas bien me cuesta demasiado entender que ya no soy aquella
niña, que la violencia se ha ido, que ahora puedo hacer algo para ser feliz. ¿Por
qué me pide a fuerza una sustancia para ser feliz? Yo sé que la vida no esperará
a que yo sea perfecta, el tiempo pasa y no quisiera perderlo batallando con la
esperanza y el desánimo. Temo despertar y temo no hacerlo, temo vivir y temo
irme repitiendo el ciclo de terror. Pero si algo tengo claro ahora mismo que
compadezco a esa niña que apenas empezaba a vivir y ya sufría en silencio, que
quisiera abrazarla y decirle que puede llorar, que puede gritar, que puede
reír. Que la existencia puede no ser un martirio. Si pudiera que no haría. ¿Será
que a mis veintiocho años aún puedo?
Aún puedes.
ResponderEliminarAtte. Una planta